lunes, 5 de mayo de 2008

LA POSADA ALEMANA NO ES UN CUENTO CRIOLLO

“hotel posada alemana, un sitio al que hay que venir, un sitio en el que hay mucho que ver, mucho que hacer, mucho que sentir. Aquí le esperamos.”

Es el texto de una vieja postal que muestra en una panorámica la magnificencia del este lugar, además es una buena forma de empezar a hablar de La Posada Alemana, sin que el genio, y la gracia de Carlos Lehder Rivas, su creador, se robe toda la atención.

"Todo sobre Lehder está escrito, todo sobre el capo eta hecho." fueron sentencia palabreadas por muchas de las personas que traté de consultar sobre el asunto, en definitiva, hubiese desistido considerando que estaba renonbrando lo ya dicho por todos.




Pero como tal vez lo dictaría Ledher, hace más de una veintena de años a algún viejo litógrafo de la ciudad, a La Posada Alemana hay que ir, porque hay mucho que ver y mucho que sentir.






A finales de 1978 a la ciudad arribó un avión, regalo para la capital del Quindío, obsequiado por Carlos lehder Rivas, un hombre que a sus escasos 30 años de edad era dueño de de un sin fin de propiedades, entre ellas una isla en las Bahamas, quien regresa a su tierra natal lleno de ideas y sobre todo con el dinero para desarrollarlas. La posada alemana era una obsesión para lehder, “obsesión”, tal vez un termino muy trivial por que su desparpajo y poder hacía que todo fuese realizable. En un lote con una extensión de 4867 metros cuadrados, situado en la intersección de la carretera Armenia-Pereira se construyó el mas completo hotel campestre de toda la región y del país para la época, un concepto que hoy nos es sumamente familiar, pero que hace 30 años solo podía provenir del genio de un hombre visionario.

Tal vez el primer y único hotel temático de Colombia, 16 cabañas, con suite y chimenea cada una de ellas, mobiliario clásico, además de 16 mini cabañas de dos pisos. Zonas verdes, un sendero ecológico de 6 kilómetros, caballerizas, taberna, una discoteca, un restaurante de comidas rápidas, restaurante de vedas, comida internacional, una cava, una vinería, salón de conferencias, tiendas de souvenir, helipuerto y una imponente estatua de bronce del consentido de Liverpool el ex Beathles, Jon Lenon, gran ídolo del capo .

Dos leones en medio del patio principal y muchas aves exóticas entre cóndores y águilas se sumaban a los atractivos del hotel. Lugar, que en poco tiempo se convirtió en sitio de reunión de grandes personalidades, las historias sobre las magnificas fiestas son innumerables, donde participaban las altas esferas sociales de la región del país y del mundo.


Una de las construcciones que quedaron sin terminar, donde solo se encuentran arrumadas las fotos del consentido del liverpooll y su novia yoko.




El león emblema de un escudo Alemán, se encontraba por doquier, en la papelería, la vajilla y en un sin fin de tallas en madera que adornaban el lugar.

Lo más selecto de la escena musical nacional e internacional se paseaba cada fin de semana en el hotel, Fausto, la negra grande de Colombia, Leonardo Favio, camilo sexto por nombrar unos cuantos. “Carlos nos decía, este fin de semana viene tal artista y prepárense que el otro vendrá uno mejor” recuerda, no sin dejar entrever una pícara sonrisa en sus labios, Maria Mercedes Áurea. Quien fuera administradora de la vinería y del restaurante en la época dorada de la Posada Alemana. Los domingos, se preparaban grandes bufets en el restaurante de comida internacional ya que este era un día de descanso para que la gente de la región hiciera su entrada a la posada. María, preparaba por orden del patrón bufet para más de mil personas y ni así era suficiente para atender la gran cantidad de visitantes que se tenía en el día.

Aún hoy, casi treinta años después y con los grandes avances en materia tecnológica y la filosofía turística del departamento con sus parques temáticos y grandes hoteles, no se iguala la magnificencia de la posada. “Recuerdo La discoteca Jon Lenon con lo último en tecnología del mundo.


Cuando tu estabas dentro de la cabina, las luces y el humo cambiaban de color, la pista giraba al ritmo de la salsa, rock and roll y las baladas del grupo de Liverpool, Chicas vestidas de conejitas al mejor estilo de la mansión play boy adornaban el lugar, al fondo, metidas en dos canastillas un par de beldades se meneaban cadenciosamente”. Es solo una de las tantas escenas llenas de alegoría que se conservan como preciadas fantasías en la mente de María y muy seguramente de todos y cada uno de los empleados y visitantes de la posada .







La Posada Alemana persiste y sus desvencijadas estructuras se niegan a la completa desaparición, sobreviviendo al terremoto de 1999.

“Tristeza me da mucha tristeza pasar por el hotel, yo que conocí su apogeo, ver unas ruinas que reclaman la intervención del gobierno y de la ciudadanía que con su indiferencia han hecho que la posada alemana sea solo el recuerdo de unos pocos” enfatiza Maria Mercedes.

La Posada es un umbral de vestigios de riqueza y de vanguardia, hace unos años celebrábamos con sorpresa la instalación de las primeras escaleras eléctricas, desconociendo que hace casi tres décadas Ledher habilitaba un puente eléctrico tan grande que podían usarlo sus caballos, para ir de la estructura principal a un apartado donde cruzando la avenida se encontraban las caballerizas .

Lehder fue un hombre sencillo pero de grandes ideales con una visión utópica y bastante futurista, el cual trataba de implantar un estilo europeo en un país tercermundista, ya que tenía descendencia alemana gracias a don Guillermo su padre y por ende esto se reflejó en el diseño y decoración del hotel. La posada alemana fue su gran sueño y ensoñación para todo aquel que pisó el depurado adoquín de un paraíso lleno de sorpresas y oportunidades.


Usted se ubica a bordo de carretera en la intersección Armenia Pereira, sobrepasa la entrada del hotel, circundada por dos torres de arquitectura desconocida, blanca y Sobria de tejados color verde muy lejos de la colorida y simpática arquitectura de la colonización.

Camina sobre adoquín una atractiva mampostería de miles y miles de ladrillos que cubren el patio principal y cada uno de los caminos del recinto, pasando por un enorme restaurante de comidas rápidas y tiendas de souvenirs.

Hasta el momento el turista desprevenido no tiene nada de que sorprenderse puede seguir caminando hasta el parque Jon lenon y hacerle una venia a su estatua de bronce en actitud de canto a las estrellas.

Probar un exquisito vino acompañado de las más exóticas tablas de queso de Europa en la vinería Yesterday, eso sí con mucho cuidado de no embriagarse porque el recorrido apenas comienza , hay que ir a la taberna Quimbaya estando muy sobrio para apreciar la alegoría prousiana una talla en madera shanú del maestro O Londoño H. Al igual que el enchape importado de los baños con cuyo costo según palabras de nuestro guía podríamos construir dos suntuosas viviendas.

Caminar hasta el parque Joko Hono y bajar a la discoteca donde entonces podríamos encontrarnos con la discreta presencia del capo en medio de una animada conversación con sus invitados de turno, imaginando pagar la deuda externa y pensando en convertir al Quindío en el departamento más turístico e industrial del país.

Dormir en una cabaña con todas las comodidades para levantarse con la posibilidad de visitar la gastronomía de cualquier lugar del viejo mundo, eso sí, sin descuidar la comida criolla.

“Todo el restaurante estaba con escudos alemanes y una madera rara que jamás se pintó, y conserva aún hoy su tono natural.

La posada estaba llena de cuidadosos detalles , jardines, inmensas zonas verdes y perspectivas de grandes progresos como la construcción del pueblo ecológico, un lugar donde no abría cabida a ninguna sustancia contaminante y el camino de Bolívar un recorrido histórico por lo que fuera el paso de nuestro prócer por tierras quindianas.

Proyectos que se vieron truncados. Y como en un cuento de hadas o una tragedia homérica donde se derrumban los imperios y se cortan los sueños, la posada alemana empieza su camino al olvido.

El narcotráfico, su participación política en el país y el asesinato del ministro de justicia Lara Bonilla, generó una insistente persecución por parte de las autoridades hacia Carlos lehder Rivas, quien debe huir a la clandestinidad, desde donde ve como todo lo que intento construir, tanto en el campo ilegal como legal, se va desmoronando rápidamente para terminar siendo arrestado en 1987, convirtiéndose así en el primer pez gordo del narcotráfico en ser extraditado a estados unidos, país donde fue sentenciado a cadena perpetua mas 135 años; sentencia que logro negociar tras ser testigo contra Noriega en 1991.

Aunque por unos años, su esposa de entonces se hubiese puesto al frente de la niña mimada de Carlos lehder.

Tras iniciarse el proceso de extinción de dominio 214, la propiedad pasó a manos del estado y los altos costos de su mantenimiento obligaron a cerrarla.

Los leones fueron trasladados hacia el zoológico de Pereira las aves volaron, al igual que los sueños de un hombre que quería hacer de un pueblo una metrópolis, también la estatua de Jon lenon fue arrancada de su pedestal por un necesitado celador que la vendería al primer postor por su peso en kilos.

La imponente estampa de los leones que adornan las paredes de sus recintos ha sido menguada por la humedad y las polillas.
La maleza invade lo que fue una de las más suntuosas construcciones de la nación. .
Hoy se sostienen medianamente 16 de las 24 construcciones.Después de tres administraciones desde el 2000, cuando fue ocupado, el manejo se le entregó hace seis meses a Administrar Servicios, que designó once celadores para la custodia.


Tal vez un poco tarde, porque la construcción había sido victima de la intervención de muchos que quisieron obtener beneficios inmediatos usurpando casi todo lo que se pudiese cargar a la espalda, incluso un incendio arrasó con lo que quedaba de la vinería y el restaurante internacional.

Luís Fernando Muñoz, testigo de los buenos días de la posada alemana y triste doliente de su actual destino, habita en el municipio de circasia en la casa que le regalaría el capo solidarizándose con un joven trabajador que se mostraba afligido por no tener el dinero suficiente para pagar su deuda de arrendamiento.

Don Luís Fernando Muñoz hoy, nos habla del maravilloso funcionamiento de la posada, de su red de comunicaciones, de los exquisitos manjares de la cocina internacional del dulce amargo del vino, de cómo las paredes de la discoteca eran cubiertas con inmensas fotografías de un cantante extranjero.

Esas que allí están arrumadas unas sobre otras, son muchas mírenlas, nos dice Germán, uno de los actuales vigilantes de la firma encargada de velar por los bienes confiscados por la dirección Nacional de Estupefacientes.

Con gracia y como todos nosotros desconociendo también el verdadero valor de lo que nos muestra pasa uno a uno los inmensos retablos donde se soportan las fotografías del consentido de Liverpool y su esposa Yoko.

Una serie de fotografías inmensas e inéditas que cualquier coleccionista quisiera poseer hoy son propiedad en teoría, del estado, sin embargo parece que sus dueños verdaderos al igual que de el resto de la construcción son el abandono la humedad y la maleza que se apropia con sevicia de cada uno de sus rincones.
Carlos Ledher Rivas uno de los capos del narcotráfico más importantes en el mundo en la década de los 80, la posada Alemana uno de los proyectos hoteleros más ambiciosos en el eje cafetero son solo historia de un destino que del paraíso se hundió en el infierno del olvido.






Quien

Carlos Ledher Rivas uno de los capos del narcotráfico más importantes en el mundo en la década de los 80 y la posada Alemana uno de los proyectos hoteleros más ambiciosos en el eje cafetero son solo historia de dos destinos que de habitar el paraíso se hundieron en el infierno del olvido.